El corazón es un órgano de vital importancia y al que debemos cuidar con especial atención. Su deterioro, así como el de todo el sistema cardiovascular, incide negativamente en nuestra calidad de vida llegando incluso a ser origen de una muerte prematura.
Hasta hace unos años el promedio de edad de los pacientes en riesgo de infarto era de 60 años. Sin embargo, el estrés, las preocupaciones cotidianas, la falta de trabajo, el cigarrillo, el alcohol y la mala alimentación son, entre otros tantos, algunos de los factores que influyen en la aparición más temprana de trastornos cardíacos.Últimamente los especialistas observan con preocupación que tiende a decrecer la edad de las personas que comienzan a padecer problemas de salud de estas características, se hace necesario, por tanto, concienciar sobre la necesidad de su protección a lo largo de toda nuestra vida, evitando aquellas prácticas que le perjudican y llevando a cabo acciones positivas para su correcto funcionamiento y desarrollo.
Entre las causas que favorecen las afectaciones cardiacas a edad más temprana, destacan la mala alimentación, la falta de actividad física y el consumo de tabaco.
Para evitar que éstos determinen por completo la salud de nuestro corazón, existen otros, en este caso, denominados factores modificables, que podemos intentar controlar mediante una dieta equilibrada y sana junto con la práctica de ejercicio físico.
Entre estos factores modificables cabe destacar el colesterol, considerado el principal responsable del estado de nuestro sistema cardiovascular. Aunque necesario para nuestro organismo, es perjudicial si tenemos un caso de hipercolesterolemia.
La hipertensión, el sobrepeso y la obesidad, son otros que afectan el corazón y aunque modificables, son también enemigos directos de nuestro corazón.
Luchar contra los problemas de corazón es posible. Tan sólo hay que modificar algunos hábitos en nuestra rutina diaria y tener en cuenta que prevenir hoy supone disfrutar de buena salud mañana.
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